Cervicalgia ó dolor cervical
Por Katherinne Ojeda
Kinesióloga
La cervicalgia es una condición frecuente que se caracteriza por dolor en el cuello, percibido en la zona comprendida entre la línea nucal superior (zona occipital), a la primera vértebra dorsal, y lateralmente limitado por los extremos laterales del cuello. Sus causas pueden ser múltiples, pero la más frecuente es la que se deriva de malas posturas, contracturas o distensiones musculares. Otras condiciones como la artrosis y la degeneración de los discos de la columna cervical pueden también producir dolor en el cuello.
El estrés o alteraciones emocionales pueden ser frecuentemente responsables de dolor de cuello. Otras causas son las lesiones traumáticas como esguinces o fracturas, que requieren de una evaluación médica temprana. Causas excepcionales son las infecciones o tumores del cuello.
Podríamos estimar que entre un 22 y un 70% de la población ha sido diagnosticado de cervicalgia a lo largo de su vida. Es causa de muchas bajas laborales, y tiene altos costes para el sistema de salud, ya que tiene una alta tasa de recaídas. Es frecuente que tras el primer dolor cervical exista una recaída (entre el 50-85% de las personas recaen en los siguientes 5 años), sino se ha realizado un tratamiento completo y de forma global.
Si el dolor se irradia a los brazos, se le conoce como cervicobraquialgia, la que puede ser unilateral o afectar a ambos brazos y estar asociada a otros síntomas como adormecimiento, hormigueo o falta de fuerza.
Diagnóstico
Dependiendo de la evolución y los síntomas del paciente, puede ser necesario realizar un estudio de imágenes (radiografías, escáner o resonancia magnética) para ver la anatomía de los huesos y estructuras blandas de la columna cervical. Otros exámenes como la electromiografía o análisis de sangre pueden ser necesarios si el médico sospecha de otras patologías.
Tratamiento:
La terapia dependerá de la causa de la enfermedad. En general, considera manejo del dolor mediante el uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, además de relajantes musculares y eventualmente corticoides. También puede incluir reposo relativo y kinesiterapia.
La cirugía es poco frecuente y se reserva para casos específicos en los que las molestias no ceden con el tratamiento habitual o cuando existe una alteración anatómica que deba corregirse en la cirugía. Existen algunas lesiones traumáticas como fracturas o luxofracturas, especialmente las inestables o con compromiso neurológico, que requieren de cirugía temprana para descomprimir la médula espinal y dar estabilidad estructural a la columna.
Tratamiento de fisioterapia
- Las técnicas de tratamiento de fisioterapia que han resultado tener más evidencia clínica y científica son:
- Movilización articular segmentaria de baja velocidad o manipulaciones de la columna cervical o dorsal.
- Manipulación de la articulación temporomandibular y osteopatía craneal.
- Técnicas miofasciales, para el músculo y su fascia.
- Estiramientos analíticos de la musculatura cervical, técnicas de Reeducación Postural Global, o incluso en actividades grupales como el control postural.
- Fisioterapia activa dirigida a mejorar la propiocepción y control motor, mejorando la coordinación fuerza y resistencia de musculatura estabilizadora profunda como son: flexores profundos del cuello, suboccipitales, semiespinoso del cuello y esplenio del cuello.
- Movilización neuromeníngea en dolores irradiados a miembro superior.
- Rehabilitación combinada con electroterapia aplicada con criterio clínico, como: onda corta, microondas y ultrasonidos, (cuando existen lesiones específicas asociadas), y TENS (sobre todo en dolores de larga evolución).