“Tener una cabeza equilibrada”, “Tener una cabeza bien puesta sobre los hombros” o “Tener una cabeza bien amueblada…”, no son solo sencillas frases coloquiales, ya que resumen planamente una de las claves de la salud.
El equilibrio de la boca y del cráneo es básico, de entre otras ciencias para la odontología y la osteopatía.

Pudiendo explicar muchos cuadros de cefaleas, migrañas, vértigos, cervicalgias, lumbalgias, hombros dolorosos, síndromes miofasciales, problemas de ATM, fibromialgias y otros muchos.

Un equilibrio dental y de las funciones de la cabeza es preciso para mantener un equilibrio osteopático y mantener la SALUD.

«La cabeza es la parte del cuerpo humano donde se realizan una serie de funciones independientes: la respiración, el olfato, el gusto, la masticación, la visión, la audición, el equilibrio y la integración neuronal.»

(Melvin Moss)
«… y el equilibrio de todas las funciones está directamente relacionada con la posición en el espacio de las articulaciones temporomandibulares (ATM).»

(Wilson Aragão).
La interrelación entre la odontología y la osteopatía se produce por la posición de los dientes que en su conjunto determinan lo que en odontología llamamos el Plano de Oclusión (PO).

Es un plano virtual ya que está formado por los puntos donde contactan los dientes de arriba con los de abajo.
Para haber un equilibrio tanto dental como osteopático, el PO debe estar en una posición muy precisa porque es la que determinará la posición sin sobrecarga de las dos ATM derecha e izquierda, ya que las fuerzas de cierre cada vez que se cierra la boca deben ser soportadas por los dientes y no por las ATM. Y esto debe también de ocurrir sin sobrecarga muscular o sea que los “dientes tienen que estar en su sitio justo”.

Cada vez que existe una actividad muscular a nivel del cráneo los músculos masticatorios traccionan de los huesos craneales a la vez que de la mandíbula para moverla y cada vez que los dientes reciben la presión con sus antagonistas dispersan esa fuerza generada en los huesos donde están insertados.

El equilibrio descrito se mantiene si existe una masticación equilibrada en la cantidad de veces que contactan unos dientes con sus antagonistas, en un reparto uniforme de las fuerzas y en “una actividad muscular simétrica en un lado y otro” .

Si esto se mantiene en el tiempo se mantendrá el equilibrio de la misma manera que las otras funciones que se realizan en la cabeza. Cualquier alteración de la posición dental dará lugar a un desequilibrio que se manifestará por una tensión inadecuada a nivel de los huesos del cráneo y de todas sus estructuras (suturas, meninges, órganos de los sentidos…), dolor muscular o cambio a nivel dental que posiblemente aumentará la malposición dental. Y alteración de las funciones de la cabeza y viceversa por compensación funcional.

Las alteraciones que con más frecuencia nos encontramos son desvíos en el cierre de la mandíbula, pérdida de altura por desgaste (bruxismo) o por falta de desarrollo, movimientos asimétricos en la mandíbula que alteran la posición dental, y posiciones esqueléticas mandibulares anómalas (las típicas maloclusiones).

El mantenimiento de las condiciones de contacto dentario desequilibrado dará lugar a una actividad muscular anómala que repercutirá en la dinámica cráneo-sacral y en las posiciones de las ATM manteniendo los cuadros de recidiva en el tratamiento a nivel osteopático por falta de equilibrio a nivel dental.

Fuente : https://www.fisioterapia-online.com/articulos/osteopatia