por Melissa Cardonne Pardo                                                                                                                                                                        Kinesióloga

 

“El miedo es tu propia limitación. Cuando tu alma es frenada por tus limitaciones, eso es miedo. Si el miedo llena tu ser, se convierte en frustración, luego se torna en enojo”. (Yogi Bhajan, 1975) 

 

Uno de los principales beneficios en el sistema musculo-esquelético que nos brinda la práctica de yoga es la flexibilidad, tanto a las articulaciones como a los tendones y músculos. Pero, ¿por qué es importante tener buena flexibilidad?, pues bien es uno de los factores que previene lesiones y aumenta el índice de salud. Y uno de los principales músculos que se ven afectados por poca flexibilidad es el Psoas Iliaco.

Como se mencionó en el artículo anterior, el Psoas Iliaco es un músculo que se origina en la última vertebra torácica para insertarse distalmente en las vértebras lumbares, pasando por la musculatura abdominal, por la pelvis y asentándose en la parte superior del fémur; en resumen, es un músculo estabilizador de tronco e imprescindible para ejecutar la  marcha.

 

   Ahora bien, cuando el Psoas presenta alguna contractura o de lleno esta acortado, generará alteraciones posturales: aumento de la lordosis lumbar, lo que se traduce en dolor en zona lumbar, poca activación de musculatura abdominal y finalmente una desestabilización lumbosacra. Por lo cual para intervenir un psoas débil y temeroso, no solo se debe trabajar en la flexibilidad sino que también en fortalecerlo en conjunto con la musculatura abdominal.

Pues bien, ahora que hemos entendido aspectos físicos del Psoas y que debemos hacer, no servirá de nada trabajar en el si dejamos de lado los aspectos emocionales y energéticos que lo rodean. Recordemos que un acortamiento de psoas nos habla de temor y miedo por lo cual mientras estemos flexibilizando psoas debemos profundizar en el momento o etapa que estemos pasando: ¿hay algo que me tiene preocupado (a)?, ¿alguna situación que me este generando estrés o ansiedad?, ¿alguna situación futura que no me deja dormir? Una vez identificado el origen del miedo trabajamos en conjunto con nuestro cuerpo físico, porque recordemos que somos uno: un torrente energético.

Entonces, manos a la obra!!

Como se mencionó anteriormente, la ejecución de asanas (posturas) de yoga nos permitirá liberar el psoas.  Pero antes de flexibilizar debemos reconocer en nuestro cuerpo esta musculatura, activarla y hacerla fuerte para luego relajarla y flexibilizarla.

Para iniciar nuestra práctica de psoas, comenzaremos realizando un par de saludos al sol para activar y energizar nuestro cuerpo y predisponernos de manera positiva, tanto física como psicológicamente.

 

 

Posterior a esto realizaremos posturas que nos ayudarán a fortalecer y activar psoas iliaco como son: Dandasana o Postura del Bastón, útil para comenzar a reconocer el cuerpo. Una vez en esta postura podemos avanzar a la siguiente: Navasana o Postura del Barco, la cual podemos comenzar a realizarla con rodillas flectadas (ardha navasana o media postura) para luego enfatizar aún más en el fortalecimiento de abdominales y flexores de cadera al extender completamente las rodillas (Puripurna Navasana). Se puede mantener la postura por 3 ciclos respiratorios lentos y profundos.

 

                               

 

 

 

 

En caso que resulte demasiado complejo realizar esta asana en suelo podemos utilizar una silla para simplificar la postura, muy útil para personas con alteración del equilibrio, adultos mayores, entre otros.

 

 

 

 

Una vez activado el psoas, podemos comenzar a flexibilizarlo, y es en estas asanas donde mantendremos mayor cantidad de ciclos respiratorios y realizaremos al menos dos insistencias por extremidad.

 

Comenzaremos con Urdhva Mukha Svanasana o Perro Cara Hacia Arriba, postura que forma parte de la secuencia de Saludos al Sol, posterior a Adho Mukha Svanasana o Perro Cara Hacia Abajo. Importante considerar que para salir de esta asana debemos contraer abdominales para evitar molestia y dolor en la zona lumbar. Si aún resulta muy complejo mantener la postura con los muslos elevados, se puede simplificar apoyando cuádriceps en la colchoneta.

 

Si al realizar la asana anterior, no tuvimos mayores problemas se puede avanzar a posturas más complejas como: Postura del Guerrero I y II (Virabhadrasana 1 y 2) que no solo involucra flexibilización de psoas sino que también activación y fortalecimiento de extremidades inferiores. En caso de que la postura resulte muy compleja o se fatigue el cuádriceps, se puede simplifica con apoyo de tronco en puerta o sobre una silla; lo importante es no perder el objetivo de la asana: flexibilización del psoas por lo cual enfatizo en bajar la pelvis sin perder el apoyo del pie que esta atrás.

 

                                            

 

 

Al avanzar en la práctica de yoga, la flexibilidad muscular nos permitirá ejecutar asanas más demandantes, es por esto que si las posturas anteriores no fueron suficiente podemos realizar la Postura de la Luna (Anjaneyasana), Postura del Arco o Dhanurasana y Postura del Camello (Ustrasana).

 

                                                       

 

 

 

 

 

Todas las estrategias antes mencionadas nos permiten trabajar sobre el cuerpo físico, pero ¿qué sucede con nuestro cuerpo sutil que también debe ser sanado por las emociones contenidas en el psoas iliaco?, porque de que nos sirve trabajar sobre la musculatura si no atacamos la razón de fondo: el miedo o el temor que nos embarca. Es por esto que también les propongo una Kriya (conjunto de ejercicios diseñados para obtener un resultado concreto y completo) que se realiza en Kundalini Yoga, útil para relajar y liberar el miedo: consta de 11 ejercicios mediante los cuales estimulamos riñones e hígado, removemos las tensiones de cuello y se purifica la sangre proyectando mediante la exhalación los miedos, liberamos musculatura bajo el pecho que suele contraerse y trabajamos pranayamas (respiraciones)como Sitali Pranayama: respiración refrescante, muy efectiva para la ira, estados de ánimo negativos y temperamentales.

 

                                              

 

 

 

Para profundizar aun más en esta kriya les dejo el link para que puedan realizarla: http://www.kundalinihoy.com/kriya-para-la-relajacion-y-liberacion-del-miedo/

 

Todo esto nos deja una enseñanza trascendental, nuestro cuerpo siempre nos dará señales cuando algo ande mal; finalmente nuestro cuerpo será reflejo de nuestro Prana (energía vital) que se nutre mediante las emociones, los pensamientos, la alimentación y el aire. Por lo tanto debemos nutrir la energía vital para que nuestro cuerpo no caiga en estado de enfermedad.

La invitación es a mirar nuestro cuerpo con detención para descubrir cuáles son las emociones que generan pensamientos negativos para nuestra salud y que nos tienen con cefaleas en lugares o con personas especificas, dolor abdominal frente a alguna situación de estrés, dolor lumbar al tener problemas de dinero o sentirnos presionados, etc.. Nada es azaroso y debemos ser capaces de regalarnos un espacio de sanación en este mundo tan acelerado.

Sat Nam!