La osteopatía resulta especialmente eficaz en el tratamiento del dolor de espalda y por eso es una de las principales consultas que recibe el osteópata. Personas que sufren lumbalgias, dorsalgias y cervicalgias en todas sus variantes pueden beneficiarse muchísimo del tratamiento osteopático. La eficacia en este tipo de patologías se debe a que la osteopatía no hace tan sólo una exploración de la zona dolorosa, sino que busca en todo el cuerpo el origen del dolor.

La columna vertebral es el pilar que nos mantiene en bipedestación y los músculos que se conectan con ella son los tensores que mantienen ese pilar derecho. No obstante, este pilar recibe interferencias de muchos orígenes diferentes. Por una parte, todas las fuerzas que nacen de las extremidades, cuando cargamos pesos, hacemos gestos repetitivos o tenemos desequilibrios en la pelvis y o/extremidades inferiores. Por el solo hecho de estar de pie o de andar nuestro cuerpo está sometido a unas fuerzas que provienen de la tierra y que contrarrestan la fuerza de gravedad, y el efecto de nuestro peso. Estas fuerzas tienen un sentido ascendente a partir de los pies. Hace falta que el sistema de amortiguación de estas fuerzas funcione correctamente. Si no es así, habrá zonas en nuestro cuerpo que recibirán más carga de la que pueden aguantar y el riesgo de la aparición de patologías. Por otro lado, hay zonas que no reciben tanta carga pero que están sometidas a mucho movimiento o posturas mantenidas. Esto tiene un efecto directo sobre las partes blandas que rodean aquella zona y aparece una contractura defensiva para evitar el estrés de dicha zona. Con el tiempo y tras pasar por una fase de inflamación este proceso puede ponerse crónico e involucrar dentro de la lesión a articulaciones, músculos, ataduras, vasos, tejido nervioso, fascias y vísceras. Es lo que en osteopatía se conoce como disfunción somática.

El objetivo del osteópata es detectar las disfunciones en todo el cuerpo y encontrar el origen de esta para restaurar la normalidad en la zona. Pero para poder realizar esta tarea se debe ver el cuerpo como un todo. En este sentido se entiende que un esguince de tobillo pueda ser el origen de un problema lumbar o que problemas a nivel cervical puede afectar a la extremidad superior y que una mala postura nos da dolores dorsales.

La osteopatía estructural busca restaurar la movilidad en las articulaciones en que se ha perdido. Quiere mejorar la perfusión de la zona, equilibrando las tensiones a las que puede estar sometida y así permitiendo una buena circulación de fluidos y oxigenación. Restaura la mecánica global del esqueleto para evitar sobrecargas y devolver la armonía al sistema músculo-esquelético para que sea capaz de absorber las fuerzas que recibe de la actividad diaria.

Es la parte más conocida de la osteopatía puesto que mediante sus técnicas se puede tratar casi la totalidad de las dolencias del sistema músculo-esquelético. Estudia la osteología, miología, artrología (estudio de los huesos, músculos y articulaciones), la fisiología articular y sus interrelaciones, la alteración de su fisiología normal, las causas que la originan y sus consecuencias. Hay diversos tipos de técnicas: movilizaciones articulares, técnicas de energía muscular, estiramientos, ajustes articulares (HVT: High Velocity Technique), técnicas funcionales, tratamiento de partes blandas, etc.

La osteopatía estructural busca restaurar la movilidad, para mejorar la perfusión de la zona, permitiendo una buena circulación de fluidos y oxigenación. Restaura la mecánica global del esqueleto para evitar sobrecargas y devuelve la armonía al sistema músculo-esquelético para que sea capaz de absorber las fuerzas que recibe de la actividad diaria.